Lagrimas negras

Lagrimas negras
a veces sin querer y otras queriendo...

lunes, 21 de enero de 2013

Recuerdos, otros días



Al igual que fotograma a fotograma, se forma una película, recuerdo a recuerdo, raudo y veloz, se forma en mi mente la película de mi vida. Largos e inacabables día, que ahora solo son un suspiro, atrás grababan en mi mente los sucesos que marcaban mi esencia, despertares con olor a paja y heno, tardes de siesta con olor a melón bajo la cama, noches al fresco llenas de silencios rotos solo por el canto de los grillos y las buenas noches de algún que otro vecino, tardes de juegos tan inocentes y sencillos que hoy cuesta describirlos.
Olor a café y pan frito, a leña en la lumbre y puchero recién puesto, chirriar de la cadena sacando agua del pozo, fresca y pura con sabor a piedra, cloquear de gallinas eco de cascos de mulas y burros en la calle, calor mitigado en juegos de agua fresca de la alberca en la huerta, con el sabor de la fruta robada del árbol y el intenso olor de tomates recién cortados, olor y sabor a verano de pueblo.
Recuerdos que se agolpan y tratan de salir atropelladamente, sin orden ni concierto, sonidos, olores y sabores de antaño, imposibles de hacer míos hoy, alguna vez, el olor a tierra mojada, a hierba recién cortada, traen a la memoria días pasados, aquella tarde de tormenta, donde la abuela te contaba ancestrales consejos, "hijo en día de tormenta, abrir puertas y ventanas, que si el rayo cae, entre por una y salga por otras sin causar daño", y salir corriendo tras la lluvia a chapotear en los charcos, descalzos, casi sin ropa, trotando por el campo.
Las primeras toses y mareos por el humo de aquellos cigarrillos de anises, fumados a escondidas, el primer pecado de ir creciendo, los primeros encuentros con tu cuerpo y el placer, donde los mayores enseñaban a los más pequeños, a complacer y a complacerse, que con las chicas, algún que otro beso robado, y alguna torta por atrevido recibida, que para lo otro, todavía había que crecer un poco más.
Amaneceres a lomos de una caballería, para recoger con la "fresca", los higos de aquellas higueras que de juegos hacían las delicias, mientras el abuelo araba entre las viñas, a la espera de la vendimia, de apretados racimos de uvas. De caminar tras los burros cargados de mieses, para trillar en la era, recuerdos de tardes sentados en el trillo, dando vueltas y vueltas, cayéndonos entre risas y juegos.
Que de recuerdos traen a veces, unos olores, sabores, unos sonidos, o como en este caso, un estupendo relato, de momentos pasados, fotografías fugaces de la memoria, que habitan en ella, a veces arrinconadas hasta que algo, nos hace mirar en ese álbum y rememorarlas.

Al calor de las palabras,
al compas de los recuerdos
con sabor a caramelos
tejiendo el hilo de los sueños
desgranando los deseos
noches en vela hablando a la luna
solitarios días de paseo
buscando miradas cómplices
hallando sonrisas falsas
recuerdos de pan con chocolate
al truque, a la comba saltando
con sabor a miel y menta
ayer un niño inocente
recordando hoy el ayer distante
lagrima fugaz, dolor lacerante
como agua entre los dedos
pasa el tiempo, se escurre
se agolpan los recuerdos
tanto por decir, se agota el tiempo
en la boca sabor a caramelos
                                           GGHR....01_2013

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